Una Woolly Worm fue la primera mosca que pude sacar de una morsa. 

Bajo las directivas del Ing. Sanz en el curso que dictara el Córdoba Trucha Club hace bastantes años ya.Una Woolly con cola de lana de pullover rojo, chenille oliva viejo y hackle de gallo batarás caserito. Mosca que aún guardo entre mis recuerdos.

Siempre fue una mosca para arrancar, y seguramente muchos de ustedes hayan tenido un comienzo similar, atando uno de estas, o alguna de las otras “gulis”.

Tienen un atado básico, bien rápido y sencillo, pero si la tiramos al agua pescan, y como pescan.

Recuerdo algunas de mis primeras capturas con estas moscas, muchas de ellas eran derivando en la superficie cuando la mosca aún no se había sumergido.

Entonces funcionaba bien como una seca, quizás imitando un gran insecto terrestre, oruga o gata peluda, o simplemente como un atractor.

Un día mientras ninfeaba una corredera, una buena trucha ignora mi ninfa subiendo directo a la superficie tomando con violencia el indicador de pique, a quien no le habrá pasado.

Busque una de mis worms mas chillonas, la ate al tippet, la engrasé con un poco con flotamoscas y la primera pasada la gran trucha sube a buscarla.

De vuelta en mi mesa de atado, y uniendo algunas de estas vivencias, me até un par de W. W. con cuerpo de foam como las que hoy les presento. Moscas que tengo en mi caja, listas para tirarlas cuando las papas queman.

Si necesita más información sobre esta u otras moscas publicadas, por favor nos escribe a gerardo@federicoprato.com.ar