Una mosca que con solo nombrarla nos lleva de regreso en el tiempo y nos sienta en la penumbra del banco de atado de uno de los más ilustrados pescadores que tuviera nuestro país, Allan Fraser.

Sólo recuerdo a Allan insistir en las bondades de esta mosca que debe sus orígenes a la lejana Nueva Zelanda.

Siendo una mosca no muy vistosa a los ojos del pescador, ha demostrado ser extremadamente efectiva, manteniendose siempre vigente.

El modelo tradicional de Allan, atado con liebre Patagónica o Mara es excelente , pero debemos tener cuidado de no crear demanda de una especie protegida como la Mara, motivo por el cual sugerimos intentar con otros de similares características y sin restricciones como el pelo de ardilla o ternero.

En los tamaños mayores imitan muy bien una pancora o un camarón de agua dulce, incluso alevinos, y en tamaños menores ninfas y pequeños forrajeros.

Recuerdo una de mis mejores truchas en Córdoba fue pescada con una de éstas.

A continuación les proponemos dos alternativas, pero hay infinidad de variantes y combinaciones posibles.

Si necesita ayuda, no dude en consultarnos a gerardo@federicoprato.com.ar

1 - Comenzamos forrando la pata del anzuelo y atando la cola. Debemos atar una cola corta y pareja, proporcional a ½ pata del anzuelo.

2 - Para formar el primer segmento del cuerpo, primero dividimos exactamente la pata en tres partes. (sin contar el lugar que ocupará la cabeza de la mosca). Luego atamos y pasamos el material haciendo un cilindro que ocupa el primer segmento. En versiones mas pequeñas o anzuelos de pata corta el cuerpo se divide en dos y se ata la mosca solamente con dos collares.

3 - Collares:

Pelo: Emparejamos el mechón con nivelador y atamos proporcional al largo de la cola. Debemos distribuir el pelo parejo alrededor de la pata.

Pluma: atamos de la punta, previo peinando de las fibras hacia atrás, luego pasamos dando las vueltas en el lugar, el color de la pluma queda hacia el ojo.

Los collares tienen largos progresivos de menor a mayor.